Mi sangre hoy se siente enamorada, cielo. En mi paraíso mental te paseas repetitivas veces, y puedo sentir en la garganta cómo el dolor asfixiante desaparece. Puedo ver cómo es engullido por tu luz, engullido y devorado sin piedad existente.
Tú, encajas en mi cielo pintado con tinta negra. Eres las estrellas caníbales que espantan los demonios de mi mente.
Flotemos libres y unidos, amor, mientras que de este cielo oscuro brotan gotas de las nubes teñidas en escala de grises; brotando de las nubes están nuestras sonrisas imperfectas, profundas, y deseadas. Sabía que llovía, pero no nos mojábamos. Las gotas eran sueños, sueños eran los que caían armando melodías con en su colisionar contra nuestra piel, escribiéndote poesía con la tinta roja de mi sangre enamorada.
Puedo ver cómo tu perfección empalagosa, no me empalaga, y cómo las sombras de este mundo, se disuelven en luces. Pocas son mis noches sin estrellas, muchas son mis noches con deseos adjuntos e incontables, de besos arrullados por tus latidos, y de nuestras pieles sin reposo arrulladas por mis gemidos.
Colgada está mi alma de la tuya y son tus grandes y marrones pupilas cruzándose con las mías, las que esbozan trazo a trazo el presente y el futuro. Ahora soñando vivo, donde antes moría. Me cortaba con mis propias espinas, pero tú me mostraste que mis espinas también me embellecen.
Justo ahora sólo pienso, que quiero ser el arte de ser uno, y contigo soñarte para contigo soñar. Mientras, sólo dejo que las gotas líricas broten de mis dedos, agridulces. Corren a tu encuentro desde dentro hacia afuera para bailar contigo las letras precisas. Todas, sin faltar alguna, te aman. Mis latidos, mis besos rosados, te aman.
Me lanzaré a acariciarte, tocándote verso a verso, y fingir que no conozco tu piel, para conocerla de nuevo. Y te amaré, te amaré hasta donde no llegan los corazones vacíos y plásticos, máscaras huecas de amores sin sentimiento, más muertos que vivos.
Y difuminando el espacio y el tiempo, quedamos nosotros, sin terminar la historia, flotando unidos.
Dicho esto, debo destacarte por si mis letras no quedaron claras, que te amo, pedacito de infinito.
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