Hay mil razones por las cuales un corazón puede sentir algo, latir rápido, acelerarse, y detenerse. Mis mil razones son tú, tú y tú, más novecientas noventa y siete más. Tú. (Ahora creo que son novecientas noventa y seis). ¿Sabes por qué?
Hay un arte en tí. Así de simple. Un arte que sólo yo sé cuando lo pintas, lo moldeas, lo haces. ¡Eres arte en forma de persona!
Pero del arte que has hecho, mis cuadros favoritos son aquellos que colgaste en mí. Ese que colgaste en mi boca, al cual llamaste: Beso. Ese que colgaste en mis ojos, al cual llamaste: Mirada. Ese que colgaste en mi piel, al cual llamaste: Caricias. Y ese que colgaste en mis brazos, llamado: Abrazo. ¡Oh! ¿Y cómo olvidar mi favorito? Este es el primero que colgaste, y es el mejor de todos. Fue el que colgaste en mi corazón, justo ahí... ¿Recuerdas?. Ese fue el más bonito de todos, ¡y eso que aún lo sigues pintando! Ese al que le pusiste: Sentimiento.
Y todo esto me hace recordar una frase, esa de que ''El arte toca corazones''. Pues bueno, ahora me doy cuenta de que, no sólo es el arte que se hace con un pincel, un papel, y unas cuantas acuarelas de colores vivos lo que toca corazones, los acelera, los hace latir rápido y los detiene. Sino también el arte que alguien puede pintar desde tu corazón, hacia afuera.
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